Todos en algún momento de nuestra vida requerimos cierta ayuda de nuestros
seres queridos o nuestras amistades cercanas, más por la parte emocional que
por la económica y por supuesto que esta ayuda siempre nos sacara del problema,
preocupación o estado de tristeza en el que nos encontramos. Les soy sincero y
siempre he tenido muchas personas que admiro mucho, que me han apoyado y que me
han sabido escuchar siempre que lo he necesitado, hay veces que por más que
tratemos de aparentar que somos fuertes o que nada nos afecta es cuando más
podemos demostrar que por dentro estamos deshechos o simplemente no encontramos
solución a un episodio reciente que nos mantiene distantes y desconcentrados.
Hoy me encuentro del lado donde me toca apoyar a uno de mis mejores amigos,
aunque él no me lo ha pedido directamente me he enterado que sería de mucha
ayuda el que mis palabras lo llenen de aliento y lo animen a seguir adelante en
sus proyectos y sobre todo recupere esa confianza en si mismo, que supere algún
trago amargo de esos que la vida te da sin previo aviso y que de alguna forma
te hace reflexionar, pero sobre todo te hace madurar en muchos aspectos.
Aunque ya tiene mucho que no nos comunicamos con la misma frecuencia de
antaño, pero él sabe que siempre lo llevo en mi corazón, porque nos conocemos
desde que éramos muy pequeños en la calle donde yo solía vivir, anécdotas
tenemos cientos que contar, tanto cómicas, tristes, reflexivas, etc. Ahora aprovecho
este mi espacio para recordar algunas.
En una ocasión alrededor de nuestros 10 o 12 años nos gustaba comprar
cohetes y explotarlos cerca de la casa, hasta aquí todo normal, pero ese día
varios de nuestros juguetitos por defecto de fabricación simplemente no
explotaban, lo que hacíamos era juntarlos, abrirlos, sacarles la pólvora y
quemarla. Recuerdo perfectamente que él tenía varios que aun no prendía en su
mano izquierda, al momento de prender la pólvora al mismo tiempo se encendieron
las mechas de los demás cohetes y cuando celebrábamos la clásica “FOTO” con
nuestra cara de alegría en ese preciso instante explotaron los demás en su
mano, el wey se puso a berrear de dolor y yo sin saber que chingaos solo me
quede observando jajajajaja ahora me rio de lo sucedido, pero es muy peligroso
jugar con esas madres……NIÑOS NO LO INTENTEN EN CASA.
Otro episodio que no puedo borrar de mi mente fue el susto que nos dio más
o menos a la misma edad cuando trepábamos uno de los arboles cerca de nuestra
casa, era nuestro parque recreativo, parecíamos changos siempre arriba de esos árboles.
Éramos varios los que andábamos echando buen desmadre, en ese episodio otro de
mis amigos que era muy hábil para subir al árbol lo hizo primero que todos, después
fue el turno del Toro y luego fue mi turno, yo siempre fui como que mas miedoso
para eso y solo trepaba a media altura del árbol, ahi podía estar más seguro de
que si me caía por lo menos no me daba un madrazo mortal. Entonces estos 2
cabrones subían y subían y subían y yo solo observaba, de repente solo vi como comenzó
a caer el pinche Toro pegando rama tras rama hasta que cayó de pura panza en el
suelo……todos nos quedamos en shock sin decir ni hacer nada, cuando el wey comenzó
a moverse y a llorar de dolor, por lo menos sabíamos que estaba vivo el wey
jajajajajaja.
Cuando ya estábamos mas wevuditos y asistíamos a la vocacional (preparatoria)
yo comencé a meterme en malos pasos saliendo con los porros y haciendo
desmadres mal pedo, emborrachándome en la calle incluso en la escuela lo invite
a una de esas salidas con la banda, nuestro objetivo ir a petardear otra
escuela bien pinche lejos y de ahí nos lanzaríamos a casa de un wey a pistear y
ver que mas pasaba, ese día el pinche toro se le ocurrió invitar a otro de sus
amigos al desmadre y el Morris bien
gustoso nos acompaño.
Total que raptamos el camión que nos transportaría al barrio de nuestra
escuela “aliada” una vez ahí preparamos nuestro armamento (que aun recuerdo
como se hacen) y partimos a reventar la escuelita rival. Todo estaba saliendo “bien”
hicimos un relajo y bombardeamos a los chavos que se encontraban en la entrada
principal de dicho lugar, acto seguido corrimos en dirección desconocida todos
siguiendo a todos pues lo único que planeamos fue el ataque y no la retirada (bien
pinches inteligentes), total que por fin alcanzamos a todos en el camión y nos
fuimos bien discretos cantando madre y media en el camión, ya saben, para que
nadie se diera cuenta que éramos porros. De ahí nos dirigimos a la casa de
nuestro compa pa celebrar como dios mandaba….chupe y mas chupe (pisto y mas
pisto pa que me entienda toda la banda). Pero como todo estudiambre sin dinero
no era posible costear la peda, así que en el camino decidimos robar cervezas,
refrescos, hasta de un mercado sobre ruedas nos llevamos unos costales de
naranja y cosas así, pero aun no era suficiente para toda la banda, así que decidimos
regresar e ir por mas alcohol, pero para nuestra mala suerte fuimos
interceptados por varias camionetas de policías, autos y motocicletas, todos o
casi todos los elementos policiales con arma en mano nos detuvieron y comenzaron
a bajarnos del camión, El toro y yo nos perdimos de vista en ese instante pues
a algunos los subían a los autos, otros estaban siendo revisados por los demás policías
y ahí fue cuando nos separaron, me dije “ora si ya me cargo la chingada, una pa
explicarme a mi padre, y otra por llevarme a este cabrón y no sé ni donde lo
van a llevar” y en eso creo diosito me escucho y sabía que mi padre era bien
estricto y decidió darle el valor y la inteligencia a otro cabron que iba con
nosotros para distraer a la fuerza policiaca abriendo las patrullas por el
lado opuesto donde estaban subiendo a
los delincuentes, comenzó la confusión y la corredera cual alma que lleva el
diablo todos a diferentes direcciones, obvio hice lo propio, no sin antes
tomarme el tiempo necesario para recoger mi mochila con 2 refrescos dentro. Me perdí
en ese barrio, no sabía dónde estaba solo corrí y corrí y cuando note que ya nadie
me seguía camine hasta una avenida grande lo único que pensaba “y ahora como le
hago para ir a ver a este cabrón a la delegación o como le hago para sacarlo
del bote” mientras iba reconociendo el terreno llegue a la avenida principal y
me encontré a mi compita el Toro, poco después su amigo el Morris nos hizo compañía
y decidimos regresar a casa entre risas nerviosas y pensamientos sobre la
reprenda que nuestros padres nos darían si se llegaran a enterar de nuestras
fiestecitas y reuniones con la banda. Pero eso si….tomándonos nuestro
refrescote a lo largo del camino jajajaja inches morros locos.
Este cabrón y yo hemos pasado de todo, creo incluso más que con mi propio
hermano, así que los 2 son mis brothers, en mis cuestiones o problemas de amor
él siempre me ayudo a sobrellevar mis decepciones o mis rupturas, siempre me
daba consejos, y eso era muy confortante porque sabia que alguien estaba ahí hasta
en mis momentos tristes, incluso una ocasión se ofreció ir a golpear a uno de
esos pasados de lanza que me quitaron de mala gana a mi novia, pero francamente
no valían la pena, así que solo optamos por hacer lo que mejor nos salía….pistear
en su casa o en la mía jajajaja.
Éramos como uña y mugre……o como diría el propio Polo Polo éramos como calzón
y caca. No había día que no nos juntáramos para salir a echar desmadre, o para
jugar por eras el nintendo, o jugar fut en la calle, o salir a dar el rol en la
cuadra, o ya de mas grandes los viernes ir por los tacos y nuestras cheves pa
platicar y contarnos lo que acontecía en la semana. Dice mi hermano que era más
como mi novia porque la neta algunas veces prefería estar con ese wey que con
mis novias, pero es que sinceramente nos llevábamos poca madre y era más pinche
divertido.
Lo que suele suceder en la vida es que a todos nos lleva por caminos
diferentes, ahora ya no lo veo tanto como quisiera, aun extraño mucho sus pláticas,
sus invitaciones a su pueblo en Hidalgo (solamente una vez fui y me puse la
pedota de mi vida), sus anécdotas familiares, porque aunque no conozco a toda
su familia por lo menos por historias podría decir que ya son parte de mi
familia.
Tristemente la vida nos ha separado un poco, pero debe saber que en mi corazón
aun le guardo esa amistad y cariño de hermano, no sé qué tipo de problemas
tenga en la actualidad que necesite ayuda pues siempre fue más fuerte que yo en
muchos aspectos, pareciera que él nunca sufriría por casi nada.
Ya le he enviado mis palabras de aliento por correo, aquí me excedí un poco
con las anécdotas pero el punto que quiero tratar es:
CARNALITO, SI ESTAS LEYENDO ESTAS LINEAS SOLO QUIERO QUE SEPAS QUE SIGUES
CONTANDO CONMIGO PARA TODO, YA SABES, EN LAS BUENAS Y EN LAS MALAS SIEMPRE TE
HE APOYADO EN CUANTO HE PODIDO, NO OLVIDES QUE EN MI TIENES A UN HERMANO Y
CUANDO ME NECESITES AHÍ ESTARE POR TI, ECHALE MUCHAS GANAS A TODO, ERES CAPAZ
DE SUPERAR CUALQUIER OBSTACULO Y ESPERO TE SIRVA UN POCO ESTO QUE ESCRIBI HOY Y
QUE DE ESOS EPISODIOS AUN HAY UN CHINGO QUE SIGUEN EN MI MENTE.
TE QUIERO UN CHINGO CABRON!!!