Las he visto en películas solamente,
pero si he presenciado algunas de borrachos. Es un hecho lamentable que se den
este tipo de riñas, porque jamás serán por algún tema importante, incluso si así
fuera el caso no están justificadas. Bajo los efectos del alcohol esta
comprobado que lo que comúnmente se hacen son puras pendejadas. Y efectivamente
el fin de semana pasado paso una de esas veces que todo estaba saliendo de
maravilla en una reunión familiar pero por un individuo que no sabe controlar
su manera de beber casi me lo agarro a chingazos.
Debo ser honesto y comentar que
obviamente yo también estaba tomando, pero no soy el clásico tipo pesado mala
copa que comienza ha pelear con medio mundo ni tampoco a hacer bromitas pesadas
ni nada por el estilo. En cambio, soy de los que se ponen a bailar, reír,
platicar, etc. Todo en buen plan, incluso hasta nuevas amistades hago.
Lo malo es, que cuando tomo y la
gente se pone de necia me da cierto coraje y opto por alejarme del grupo, pero
cuando soy parte del problema me gusta dialogar, hacer entender a la otra
persona que esta en un error y que no es ni el lugar ni el momento de arreglar
sus problemas. Pero como son mas tercos que una mula pues terminamos enfrascándonos
en una discusión fuerte, a tal grado que buscan provocarme para iniciar algún tipo
de pelea, pero como dije anteriormente……no soy de peleas.
Lo más raro del asunto es que las
ocasiones que ha sucedido esto siempre ha sido con la familia. Ya sea tíos o
primos siempre salen con sus pendejadas y temas sin sentido. Solo algún tipo de
resentimiento hacia el núcleo de mi familia es su tema que encadena el mal rato,
lo cual en lo personal me molesta, pues siempre agarran el alcohol para
envalentonarse y sacar sus frustraciones en la conversación, que en la mayoría de
los casos rompe con la armonía y la felicidad del momento con todos los demás.
Hoy a varios días de haberse dado
ese suceso tan penoso he analizado a detalle lo que paso y francamente yo tengo en gran parte la
culpa. A continuación mi explicación.
Me gusta ayudar a la gente, mas a
los que son parte de mi vida, me gusta escuchar sus problemas y si es posible
darles algún comentario o consejo para que puedan salir adelante con esos
detalles que no los dejan vivir tranquilamente. Sé que muchas de las veces
necesitamos que alguien nos escuche y nos haga ver lo que nosotros no somos
capaces precisamente por que el problema nos envuelve tanto que no pensamos con
claridad. Aunque la respuesta este frente a nuestras narices. A mi me ha
pasado.
Pero ya me di cuenta que mucha de
la gente utiliza la técnica de la victima, para sacar provecho de las
situaciones y buscar otro tipo de “ayuda” para que todos los vean como las
presas de la vida, que nada les sale bien, que no hay solución a sus problemas mas que enviciarse o esconderse donde sea bajo
el cobijo del amigo o familiar (algún débil y/o buena onda). Todo para que los demás
seamos culpables de sus limitantes y seamos en parte responsables del mal que
los acecha.
Y aquí es donde uno es el
verdadero culpable de pasar situaciones como la que viví el fin de semana
pasado. DEBO APRENDER A NO BRINDARLE MI AYUDA INCONDICIONAL A TODA PERSONA QUE
SE CRUZA EN MI CAMINO. Sea quien sea.
Es lastimoso encontrar gente que
en lugar de agradecer una palabra de aliento busque excusas para salir a
delante, ese tipo de personas no vale la pena ayudarlos. En cambio te pagan con
malas palabras y malos tratos.
Analicen bien a las personas que
pretenden apoyar, ya sea moralmente o económicamente. Es una pena que muchos no
sepan valorar lo que se les brinda. Lo peor en estos casos para ese tipo de
individuos es que se van quedando sin opciones.
Yo por mi parte dejare de apoyarlo
y de tenerlo en ese concepto de buena persona. Porque no lucha por lo que
quiere, porque en lugar de actuar le gusta lamentarse y sobre todo porque
cuando uno le tiende la mano te agarra el pie.
Y el consejo del post……..no se enfrasque
en discusiones con borrachos, porque son necios e irracionales.