Es un orgullo siempre representar a México sin importar el tipo de competencia que se practique, para mala fortuna de muchos siempre se le da mayor importancia en el ámbito deportivo pues considero que en el tipo mercadológico siempre brinda mayor emoción que una competencia o concurso internacional sobre tecnología o ciencia y es precisamente lo ”emocionante ” lo que mas puede transmitir sentimientos a la mayoría de la gente ya sea para bien o para mal dependiendo del equipo vencedor y el perdedor.
Hoy tuve el agrado de ver a nuestra selección Sub20 que nos representa en Colombia, un equipo que no he tenido la fortuna de seguir desde que inicio pero que una vez se vio colocado en el mundial y fue mostrando las capacidades en general en partidos amistosos y en sus partidos de fases de grupo, sentí orgullo pues si bien es cierto que una selección menor (Sub17) ya fue campeona del mundo por segunda vez, es motivante y a la vez un ejemplo de perseverancia, de lucha y de coraje como ser humano y sobre todo ORGULLO de ser mexicano.
Es por eso que muchos tenemos fe en que este equipo llegara lejos, siendo optimistas puede ser un excelente finalista o campeón del mundo. Desafortunadamente habemos también los que criticamos la manera en cómo se dan las cosas, porque aunque no juegan como si fueran cracks de este deporte debemos reconocer que el esfuerzo se hace y poco a poco lo están logrando.
Yo fui principal crítico del desempeño de muchos de los jóvenes que están dando la cara por México en este mundial. No me agrada mucho la forma en cómo juegan algunos elementos colectivamente, pareciera que les agrada mostrar la mayoría del tiempo sus características individuales que el juego en conjunto. Para nuestra fortuna hoy se pudo eliminar al equipo anfitrión de la copa y fue más a base de esfuerzo y pelea que aplicar el buen juego. Toda una suerte que los colombianos no estuvieran del todo finos en los disparos y en el último toque pues estaríamos hablando de una gran derrota mexicana, sumándole el penal a nuestro favor que nos pone en ventaja y brinda confianza al equipo para cambiar el rumbo de la situación.
En la segunda parte del encuentro se notaba un semblante en los jugadores de firmeza, sabían que debían exigirse más ante un conjunto colombiano que iría con todo al ataque en busca de su pase a semifinales. Un descuido nos hace sudar y preocuparnos demás. Se empata el juego pero a diferencia de otros equipos profesionales en la actualidad el cuadro sub20 no muestra debilidad y continúa manejando el balón a su favor sin desesperarse, sin bajar la cara. Nuevamente la vida nos sonríe y nos pone una vez más con ventaja en el marcador, la piel se eriza, el corazón se emociona y nos hace soñar por instantes en levantar la copa como campeones de la categoría. Comenzamos a gritar a exigir y a patalear cada que hay una jugada cerca de nuestro marco, cada que se pierde el balón en la cancha, cada disparo hecho por el equipo colombiano que sigue luchando por encontrar el ansiado gol del empate. Los minutos pasan muy lentos, los jugadores de ambas escuadras ya presentan cansancio, la pelea por el esférico se torna ríspida, nuestros guerreros aztecas no apechugan y se ponen al tú por tú con los locales, faltando 10 minutos para que termine el encuentro las estrategias de los DT ponen nerviosos a los presentes en la cancha y a los miles de televidentes que presenciamos el juego, pues con los tantos ataques o llegadas de Colombia se dan también los contraataques del equipo mexicano. Un partido que por momentos de torna de ida y vuelta y que de manera personal sentí que el árbitro en instantes era localista.
Gracias a la perseverancia y la tranquilidad de manejo del balón por parte de los nuestros, se da la descolgada que nos daría el pase a la siguiente ronda con ayuda del portero colombiano que no pudo atajar el balón de manera adecuada.
El ver las sonrisas, el llanto de alegría, los abrazos efusivos de los jugadores mexicanos al término del partido es una sensación que se transmite y genera satisfacción en nuestros corazones, por lo menos en el mío llega ese ánimo y motivación haciéndome sentir orgulloso de ser mexicano, me transmiten las ganas con las que pelean por trascender .
Para los aficionados al soccer y los seguidores de algún equipo en específico quisiéramos que nuestro equipo hiciera lo mismo cada jornada y en cualquier competición, hacernos sentir orgullosos de los colores que apoyamos y la institución que ha formado a través de los años. Y para ser sinceros el equipo de mis amores me ha defraudado mucho últimamente, no sé cuantos años mas seguiremos viviendo esta mentira por parte de los altos directivos del club, creen que con cambiar al DT, darle su debida continuidad y comprar jugadores que no aportan en nada nos llevaran a ganar otro campeonato. Esto no nada más es de este equipo, al parecer la mitad o más de la mitad de los clubes que participan en la primera división pasan por una situación parecida pero no le dan la debida importancia por no ser considerados uno de los “grandes” pues la presión nunca será la misma.
Hay una gran diferencia en el planteamiento de los 2 partidos que vi por tv, la mentalidad de los directores técnicos no es similar, pero buscan el mismo fin. Tanto el parado de sus equipos como los cambios realizados en el transcurso de sus respectivos partidos marcaron la pauta para conseguir el empate (Ame - Tigres) y la victoria (Mex - Colombia). En pocas palabras BIEN POR LA PÁJARA CHAVEZ Y MAL POR REINOSO.
No quisiera comparar el sentimiento que transmiten tanto la selección como el equipo del cual soy fiel seguidor, es obvio que la intensidad y el nivel de juego jamás serán los mismos, pero por el bien de los clubes esto tendría que ser constante en cualquier categoría sean selecciones o no. Con esto se tendría un mayor nivel en la liga y por consecuencia una mejor representación de los jugadores al portar la playera de México.
Por lo pronto me quedo con el buen sabor de boca que me está dejando lo acontecido en Colombia por parte de nuestro combinado mexicano. No así lo que sigue pasando con mis Águilas del América. En fin el apoyo sigue para los dos conjuntos, aunque haya uno que mal pague.
